Una forma de planificar nuestros ahorros es la inversión periódica, tanto en fondos de inversión como en planes de pensiones. La periodicidad nos proporciona flexibilidad a la hora de elegir qué cantidad invertir, sin comprometer nuestra salud financiera, y de una forma cómoda y sencilla. Podemos automatizar una aportación periódica, suspenderla temporalmente, o ampliarla / reducirla, en función de nuestras circunstancias y nuestro presupuesto.
Además, las aportaciones periódicas nos permiten mitigar el riesgo de mercado, al no concentrar la compra a un único precio. Las subidas y bajadas del mercado tienden a minimizarse, disminuyendo la posibilidad de entrar en un momento inadecuado y eliminar el “efecto ancla”, que se produce al tener como referencia un único precio de entrada, que nos puede llevar a tomar decisiones precipitadas cuando la evolución de los mercados financieros sea desfavorable. Es más, de cara a nuestros objetivos de largo plazo los momentos de caída pueden ser una buena oportunidad para reforzar nuestras aportaciones periódicas ya que estamos comprando a un precio más favorable.
Por eso, decide qué cantidad vas a aportar mes a mes, elige cuánto de tus ahorros vas a destinar y planifica según tus objetivos de ahorro e inversión. Un pequeño esfuerzo cada mes nos puede procurar un colchón patrimonial a futuro, es cuestión de hábito y disciplina.
