Carpe Diem – El particular Halloween en español

Se acerca la noche más terrorífica del año y España la afronta pertrechada para el miedo. ¡Y es que los españoles sufrimos cierto temor persistente a un deterioro de la económica! por ello, venimos actuando más de hormiga que de cigarra… ¡Ahorramos y mucho!  

Este comportamiento lo llevamos implementando hace años. El temor comenzó en los años de la pandemia y, paradójicamente, ni siquiera la constante revisión al alza de los datos macroeconómicos consigue paliarlo.

El diagnóstico ha sido corroborado, este mes, por el Instituto Nacional de Empresa (INE) en sus Cuentas Trimestrales no Financieras, donde los últimos datos publicados confirman que el nivel de dinero acumulado, en el primer semestre de 2024, aumentó hasta rozar el 14% de la renta bruta disponible. Hasta junio, la renta disponible bruta de los hogares e instituciones sin fines de lucro aumentó casi un 9% interanual hasta los 253.644 millones de euros, pero el gasto ha crecido un 6,7%, según el INE. De esta forma, es evidente que la tasa de ahorro ha permanecido por encima de la de consumo, pese a que este ha sido uno de los motores de la economía en el segundo trimestre del año.

Esta tasa, es la más alta registrada en la primera mitad de un año desde 2021, cuando se alcanzaron máximos históricos como consecuencia del frenazo en el consumo que causó el confinamiento por la pandemia. Además, refleja que la tendencia a detraer cada vez más recursos del consumo y la inversión se produce, por primera vez, para todas las franjas de la edad adulta y visibiliza que el incremento continuado del ahorro, en España, ya no se explica, exclusivamente, por el envejecimiento poblacional, ni se concentra, sólo, en la población de mayor edad. De hecho, pese a que la población ha crecido en 1,29 millones de personas, el desembolso privado es poco más de un punto superior al de 2019, lo que significa que de manera individual sigue sin recuperarse debido a los ‘fantasmas’ de la prolongada crisis inflacionaria y las subidas de tipos de interés, provocando que la renta crezca por debajo de la inflación y que muchas personas no hayan tenido una expectativa sólida de ingresos y hayan preferido ser cautos, limitando su consumo e inversión.

Otras personas, sin embargo, han sido más decididas y han puesto a trabajar ese ahorro, influenciados por la oportunidad y rentabilidad que ofrecían los activos financieros de deuda pública y privada y el buen comportamiento de la bolsa, donde, según datos del Banco de España, la revalorización se concentró en gran medida en las participaciones en fondos de inversión.

La política monetaria expansiva del Banco Central Europeo, ha comenzado a tener efecto en el último mes, pero no es inmediata y es probable que no la veamos reflejada en el consumo hasta dentro de varios meses.

No obstante, puede ser un momento propicio para quitarnos ese ‘miedo’ y poner a trabajar o a reinvertir, ese ahorro acumulado en una cartera de inversión adaptada a nuestra capacidad de asumir riesgos y así evitar llevarnos sustos.

Bill Gates, el fundador de Microsoft, uno de los hombres más ricos del planeta, tiene claro el truco para aumentar el patrimonio incluso en tiempos volátiles: ahorrar como un pesimista e invertir como un optimista.

Por ello, para conseguir gestionar eficazmente el dinero se ha de combinar ese ahorro previo basado en el pesimismo con un plan de inversiones lo más optimista posible. Es decir, aun sabiendo que diariamente, existen sustos y riesgos que pueden afectar a la economía, la clave reside en pensar que en algún momento ese Halloween pasará y, probablemente, sólo los que aprovecharon la oportunidad de invertir, podrán disfrutar de retornos de esa inversión.

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