Bróker y trader, ¿son lo mismo?

Cuando pensamos en el ámbito bursátil y los profesionales que trabajan en él, probablemente una de las primeras ideas que vengan a nuestra mente la protagonicen los brókeres que, hace unos años, desarrollaban su actividad en la bolsa de forma presencial. Esta figura, en algunas ocasiones, se puede confundir con la del trader; sin embargo, sus funciones están claramente diferenciadas.

Los brókeres, también conocidos como corredores de bolsa, son agentes o empresas intermediarias, cuya función es ejecutar las operaciones de compraventa requeridas por parte de sus clientes. De esta forma, a través de su licencia para actuar en mercados bursátiles, los inversores pueden efectuar sus operaciones, a cambio del pago de una serie de comisiones.

Por su parte, el trader es el agente encargado de definir las operaciones de compraventa, con el objetivo de generar beneficios. Estas transacciones las realiza a través de la plataforma que le facilita el bróker. Los traders pueden actuar como particulares independientes, utilizando sus propios ahorros, analizando el mercado y tomando decisiones de compraventa de productos financieros en beneficio propio; o para una empresa, como tutores de carteras o fondos de inversión, realizando un análisis técnico y fundamental de los productos y derivados financieros, investigando y aconsejando a sus clientes sobre las oportunidades de compra y venta, y realizando balances económicos anuales.

En los mercados, existen diferentes tipos de traders. En función del tiempo que mantengan sus
operaciones abiertas, podemos encontrar:


• Scalpers: estos profesionales se caracterizan por realizar las operaciones de forma muy rápida, en cuestión de minutos.
• Day traders: sus posiciones están abiertas durante un día.
• Swing traders: pueden mantener sus posiciones abiertas durante días e incluso semanas. Tratan de aprovechar los impulsos del mercado (alcista o bajista).
• Traders de posición o a largo plazo: mantienen sus posiciones abiertas durante años.


Independientemente de ello, como hemos indicado, la principal distinción entre ambas figuras está en que los brókeres ofrecen el canal (la plataforma) y los traders operan en él, ya que no pueden realizar las operaciones de forma directa.

Por otro lado, los brókeres ejecutan las órdenes de compraventa en el mercado, actuando como intermediarios, y siempre cobran comisión por utilizar su servicio, por lo que no asumen ningún riesgo; mientras que los traders sí asumen riesgos: si el precio de compra de su orden ejecutada es inferior al precio de venta cerrado, tendrán beneficios; pero si no es así, tendrán pérdidas.

Si estás pensando en invertir en bolsa por primera vez y no sabes por dónde empezar, puedes descubrirlo en esta guía para principiantes de Santander.com