La semana se ha centrado en los datos de confianza empresarial de junio publicados en Zona Euro, que retrocedieron respecto al mes de mayo tanto en la parte de manufacturas como en la de servicios. Además, la inflación de mayo en Reino Unido se situó según las previsiones en +9,1% interanual, alcanzando nuevo máximo de 40 años.
En la jornada del miércoles, tuvo lugar la comparecencia semi-anual de Powell ante el Congreso de EEUU en la que hizo hincapié en la inflación y remarcó que la Fed está muy comprometida con que descienda al entorno del +2%. Respecto a los tipos de interés, señaló que ven apropiado continuar subiéndolos y que las decisiones se irán tomando en las distintas reuniones.
Los mercados de renta fija, que acumularon fuertes ventas la semana pasada con los anuncios de los Bancos Centrales, continúan ajustándose y las compras se han impuesto en la semana. A cierre de miércoles la TIR del bono del gobierno alemán a 10 años retrocedió hasta el +1,64% y la del americano al +3,16%.
Las bolsas europeas comenzaron la semana con subidas y en el caso de la americana, que permaneció cerrada el lunes por festivo, en la sesión del martes anotó subida en torno al +2,5%. La comparecencia de Powell impulsó el miércoles a los índices americanos y europeos que aunque cerraron con recortes lo hicieron alejados de los mínimos de la sesión.
En divisas, el euro se ha apreciado ligeramente hasta la cota del 1,05$/€.
Esta semana hablamos de ética y solidaridad en las inversiones. Invertir de forma responsable, ética y solidaria para contribuir a la economía del bien común.
Crear un sistema económico más justo e igualitario y hacer que el interés general esté por encima del capital, el dinero y los intereses particulares. Estos son los objetivos de la llamada economía del bien común, un modelo que engloba todos los ámbitos económicos, incluido el financiero, y al que cualquier ciudadano puede dar su contribución, asumiendo unas pautas de consumo y ahorro que favorezcan la construcción de una sociedad más digna.
Cada vez son más los inversores que se interesan y tienen en cuenta los criterios sostenibles y responsables a la hora de decidir dónde colocar sus ahorros. Según un Estudio de Spansif, la inversión sostenible gana terreno en España. En 2020 alcanzó un 54% del total de activos, siendo la primera vez que las inversiones con estas características superaban a las tradicionales. Asimismo, desde la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (INVERCO), informan que el patrimonio en fondos de inversión nacionales etiquetados como sostenibles alcanzó, a cierre de 2021, los 64.429,8 millones de euros, el 20,3% del total de activos bajo gestión.
Los llamados fondos ASG (acrónimo de Ambiental, Social y Gobierno Corporativo) se han convertido en uno de los vehículos más adaptados para afrontar los desafíos actuales de la sociedad y el medio ambiente, sin tener por qué renunciar a la rentabilidad. Y es que el tipo de inversor que se decanta por este tipo de filosofía no busca solo el rendimiento económico, sino que se preocupa también por saber cuál es el uso que los intermediarios financieros y las propias compañías harán de nuestros ahorros.
Por qué no invertir en empresas que huyen de determinados negocios controvertidos (armas, tabaco, juego…); en las más comprometidas y respetuosas con el medioambiente y la sociedad (eficiencia energética, emisiones cero en carbono, energías renovables, respecto de los derechos humanos, diversidad, igualdad de género, …); o en las best in class (selección de compañías de cada sector con mejor calificación en criterios ASG).
Adicionalmente, existen inversores que buscan, además, aún más compromiso y desean participar en fondos de inversión con fuertes valores éticos y solidarios que ayuden, directamente, con la donación de parte de sus comisiones o rendimientos a financiar proyectos e iniciativas de carácter social y de cooperación internacional, promovidos por diferentes ONGs: luchas contra la pobreza, fomentar, activamente, la formación académica, la integración de los colectivos en riesgo de exclusión o el voluntariado, entre otros. Estos fondos, como cualquier activo financiero, están regulados por la CNMV, por lo que para verificar que estos realizan la aportación económica a las entidades sin ánimo de lucro, sus cuentas pasan por auditorias y están sujetas a medidas de control interno.
¿Queremos ser parte de una economía más sostenible, responsable y solidaria? ¿Estamos convencidos de que es posible un futuro mejor, más justo y próspero si actuamos en consecuencia? La sostenibilidad es, sin duda, una de las formas de corresponsabilidad y ayuda para que la sociedad prospere sin dejar a nadie atrás.
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