21 de marzo – Infórmate de lo que está pasando…

Infórmate de lo que está pasando
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  • Tal y como esperaba el mercado, la Reserva Federal mantuvo los tipos oficiales sin cambios. La atención estaba en la actualización de sus previsiones internas sobre la visión del tipo oficial para 2024 (Dots map), y la Fed mantuvo las mismas previsiones que publicó el pasado diciembre: -75p.b. de bajada en 2024. En cuanto a la actualización del cuadro macro, el Comité tiene una visión más positiva del crecimiento y revisó al alza el PIB de 2024 al 2,1% (desde el 1,4% anterior), de 2025 al 2% (1,8% anterior) y de 2026 al 2% (1,9% anterior). En la inflación subyacente, la visión de la Fed no ha cambiado sustancialmente ya que tan solo revisó ligeramente al alza 2024 al 2,6% (2,4% anterior) y mantuvo el 2,2% para 2025 y el 2% para 2026.

  • En los mercados de renta fija la semana comenzó con subidas en los precios de los bonos de gobiernos. En EEUU este movimiento se acentuó en los tramos cortos de la curva tras la reunión de la Fed: la TIR del bono del gobierno a 2 años se situó en 4,60% a cierre de miércoles. El comportamiento de los bonos emitidos por empresas de crédito IG europeas continúa reflejando una visión favorable del sector a la vez que la TIR media de referencia del bono IG a 2 años se situa en el entorno del 3,75%.

  • En las bolsas se han alternado jornadas compradoras con otras de tomas de beneficios, si bien siguen predominando las ganancias en el mes de marzo, que acentúan la subida desde que comenzó el año. En EEUU, el S&P500 y el Nasdaq anotaron máximo histórico tras la reunión de la Fed.

Artículo de la semana


Los 7 ‘pecados financieros’ a redimir en Semana Santa y el resto del año.

7 días de Pasión, 7 errores comunes que ponen en riesgo la estabilidad de nuestras inversiones.

La Semana Santa para los católicos es época de recogimiento, reflexión y esperanza ¡a partes iguales! El mundo de la inversión, al igual que estos días, se vive siempre con pasión y el éxito, de la misma, depende de que el nivel de riesgo esté en consonancia con nuestros objetivos, situación personal, profesional y horizonte temporal. Pero como seres humanos, nuestras emociones también intervienen, ‘profanando’, en ocasiones, la toma de decisiones hasta el punto de influir en el resultado final. Esto nos puede suponer una auténtica penitencia y quizás el posterior arrepentimiento por haber actuado irracionalmente.

Reflexiones sobre los 7 pecados ‘financieros’ que nos pueden costar dinero como inversores.

1. Ser muy confiado.

Es la tendencia a creer en uno mismo sin considerar los factores fuera de nuestro control. Esto puede llevarnos a sobrestimar nuestra capacidad de tomar decisiones de inversión racionales en momentos de incertidumbre. Uno puede pensar que el ‘todo poderoso’ mercado ya no nos va a sorprender y asumir más riesgo del necesario, rotando las inversiones con demasiada frecuencia guiados por nuestra mera intuición.

2. Pasar de la euforia al pánico.

Comprar en momentos de euforia y vender en momentos de pánico son tópicos a la hora de invertir y pueden dar al traste con la rentabilidad de la cartera. Para evitar esta conducta traicionera, debemos ceñirnos a nuestro plan de inversión y no vendernos, como Judas, por unas cuantas monedas. Esto puede ayudar a evitarnos ‘un calvario’ y, probablemente, malos resultados a corto plazo. Limitar la frecuencia con la que accedemos a la información también ayuda a mantener la inversión durante el plazo recomendado y a evitar actuar impulsivamente en busca de la ansiada ‘resurrección’. Aunque los rendimientos pasados no garantizan los futuros, si respetamos el horizonte temporal de la inversión, más probabilidades tendrás de obtener retornos positivos.

3. Hacer juicios sesgados.

Cuando sobrevaloramos las experiencias recientes y tras una fuerte caída en bolsa tendemos a optar por un posicionamiento defensivo, olvidándonos de que la caída ha tenido un efecto positivo en la valoración de los activos que ahora cotizan a precios potencialmente más interesantes. Como consecuencia, no volvemos a aumentar exposición hasta que los mercados acumulan varios años de rendimientos positivos, que nos perderemos en gran medida. Recuerda que la historia se repite y habrá más de tres caídas…

4. Seguir al “rebaño”

El pensamiento y el comportamiento de las personas de nuestro entorno, “la muchedumbre”, puede influirnos condenándonos a lo que piensan los demás. Tendemos a asumir que el grupo, colectivamente, sabe algo que nosotros desconocemos, así que les seguimos irracionalmente, ignorando la información de la que disponemos y lo que nos conviene a nosotros como individuos. Para superar este efecto hay que ser realista respecto a nuestra actual situación financiera y valorarla con la cabeza fría.

5. Tener miedo a perder

Esta tendencia puede llevarnos a cargar demasiado tiempo con ‘la cruz’ de inversiones que están cayendo en lugar de materializar una pérdida. Igualmente podemos vender, precipitadamente, inversiones que han subido demasiado por temor a perder las ganancias. Si estamos pensando en vender o mantener una inversión no basta con examinar las rentabilidades recientes, es conveniente tener en cuenta las perspectivas del mercado y analizar las ventajas y los riesgos de la inversión frente a otras alternativas.

6. Apostar sólo por lo conocido

Es cuando se valoran más las inversiones que ya tenemos que las que pueden ser atractivas. Esto lleva a mantener carteras con riesgos inapropiados, lo que afecta negativamente a la inversión. Solemos apostar por los activos que nos resultan más conocidos ¡ A Barrabás, a Barrabás…!. Es importante por ello, mantener una elevada y correcta diversificación de nuestra cartera.

7. Valorar más el presente

Este sesgo se ve claramente reflejado, por ejemplo, en los propósitos. Los buenos propósitos como controlar la dieta y no comer muchas torrijas durante estos días, dejar de fumar o ir al gimnasio, quedan enterrados a las pocas semanas, cuando otros estímulos diarios tuercen nuestra voluntad. Del mismo modo, a la hora de planificar nuestras inversiones, aunque hayamos establecido previamente una estrategia de inversión de largo plazo, bien estructurada, la evolución de los mercados en el día a día se encargará de ponerla en riesgo, pasando a priorizar el corto plazo e incumpliendo el plazo recomendado de la inversión.

Seguramente, no podamos hacer desaparecer, ‘los pecados financieros’ a los que nos vemos sometidos como inversores pero sí podemos intentar mitigarlos. Para ello, recomendamos contar con una adecuada formación financiera, asesorarnos a través de profesionales, ‘mesías’ expertos que nos liberen de ser esclavos de estas ‘tentaciones emocionales’ y nos ayuden a seguir nuestro plan de inversión con información contrastada antes de tomar cualquier decisión.

¡Disfruta de la Semana Santa! ¡Feliz Pascua!

¡Te esperamos a la vuelta!

Cabecera del Calendario Macroeconómico

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