
- Capitalización bursátil y frecuencia de contratación (hacen más o menos líquida la acción).
- Evolución de los resultados, ingresos, costes, márgenes, deuda… y las previsiones futuras sobre estos ofrecidos tanto por empresa como por analistas.
- Política de dividendos de la compañía.
- Estrategia de negocio de la empresa (creación de nuevos negocios, abandono de otros…).
- Fusiones y/o adquisiciones.
- Reestructuraciones y/o cambios fundamentales en la compañía (cambios en el gobierno de la entidad, despidos…).




















